Estas flores han sido apreciadas desde tiempos
precolombinos por sus infinitas formas y su variedad de colores. Hoy la
obsesión de los coleccionistas la han condenado
Por Roxabel Ramón / Nelly Luna
En el Perú —según las investigaciones—, habría aproximadamente tres mil especies de orquídeas, lo que constituye el 10% del total mundial.
De estas, 2.500 han sido descritas por la ciencia. La mayor diversidad
de orquídeas peruanas se concentra en la ceja de selva, comprendida
entre los 500 y 3.600 metros sobre el nivel del mar, aunque su hábitat
se extiende desde Tumbes hasta Puno.
Las orquídeas han sido apreciadas desde tiempos precolombinos por sus infinitas formas y su variedad de colores. Hoy la obsesión de los coleccionistas han condenado a esta flor.
Los colectores las buscan en las laderas más intrincadas y en los
bosques más distantes. Tratan de hallar alguna especie rara, arrancarla
de su hábitat y ofrecerla a cualquier vivero ilegal.
ORQUIDEARIO ILEGAL
Luego de pagar diez soles y recibir un boleto verde similar a los que entrega el Instituto Nacional de CulturaMachu Picchu, se abren las puertas del orquideario clandestino más grande de esa localidad.
Un letrero cerca de la vía del tren invita a este “jardín botánico”,
que invade una porción de terreno del Santuario Histórico de Machu
Picchu (SHMP). En un descuidado circuito, pueden verse 390 especies de
orquídeas, de las 425 que se han registrado en el SHMP, según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas
(Sernamp). Al menos diez de las especies de orquídeas del jardín
clandestino son nativas del Perú, y otras solo crecen en Machu Picchu.
Decenas de wakankis (“Masdevallia veitchana”) y zapatitos de reina
(“Cypripedium calceolus”), entre muchas otras flores de caprichosas
formas y aromas, salpican la maraña oscura de este sitio ilegal. El guía
es un biólogo —que se presenta como subgerente de ecología— que
reconoce que la exportación y el traslado de orquídeas están prohibidos
dentro del santuario.
“Traemos orquídeas de las montañas y las sembramos en este terreno.
Si me cogiesen, yo tendría que sustentar que estoy trasladando orquídeas
para investigarlas y contribuir con la ciencia”, explica con descaro.
Hay un espacio cerrado al público, y explica que adentro se conservan 15
especies de orquídeas aparentemente nuevas para la ciencia, las cuales
está investigando.
FISCALÍA RELAJADA
Ada Castillo, jefa en el Cusco del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernamp), aclara que ni este ni otros orquidearios instalados en los últimos años en la zona de Machu Picchu cuentan con autorización. “Los hemos denunciado a la fiscalía de Machu Picchu, pero todavía no pasa nada”, dice. Funcionarios del INC, que piden no ser identificados, agregan que en ninguno de estos orquidearios han permitido el ingreso de la fiscal de la zona, Janeth Flores.
Con la existencia de este orquideario ilegal hay el riesgo de que se
vendan semillas y plantas, o que introduzcan especies traídas de otros
lugares. Para Ada Castillo, esto perjudicaría el registro científico y
podría, además, generar una plaga. La funcionaria reconoce que el riesgo
se extiende al Camino Inca y a las 32 mil hectáreas del santuario
histórico, cuya seguridad depende de apenas ocho puestos de vigilancia.
“Hemos descubierto en ocasiones a turistas que quisieron llevarse
especies, pero fueron impedidos”.
COLECTA SIN CONTROL
Hasta hace 10 años, el Perú podía exportar plantas de orquídeas colectadas directamente de su hábitat, pero acompañadas de un certificado de exportación. Luego se prohibió la extracción y desde 1990 solo se pueden exportar orquídeas reproducidas en laboratorios y con una autorización expedida por la Dirección General Forestal, que depende del Ministerio de Agricultura.
El biólogo Ricardo Fernández, investigador del Museo de Historia
Natural Javier Prado, sostiene, sin embargo, que falta control. “No solo
la deforestación está destruyendo los bosques y sus orquídeas, también
lo hace la sobrecolecta”. Se explica: “Un comprador ofrece pagar 5 soles
por una planta específica de orquídea, entonces los pobladores de la
comunidad van y arrasan con los plantones del bosque o de otras zonas
naturales. Es frecuente encontrar en revistas extranjeras el registro de
nuevas especies de origen peruano, ¿cómo salieron del país?”,
cuestiona.
SEPA MÁS
La ley permite exportar orquídeas reproducidas en laboratorio. Destacan: Villena Bendezú Milton Henry (70%) y Peruanino Sociedad Comercial (24%).
El adecuado comercio beneficia a las comunidades.
El principal importador es Estados Unidos (56%).
Con 372 variedades, el jardín del Inkaterra es un banco genético,
que presentó 80 nuevos registros: 8 fueron nuevos para la ciencia.
El Perú es signatario de la Cites (Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
En el 2006, se fijó la lista oficial de orquídeas en peligro.
MÁS DATOS
Único autorizado
El Perú tiene el 10% del total mundial de orquídeas. La mayor diversidad se concentra en la ceja de selva, comprendida entre los 500 y 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Registro quechua
El cronista Guaman Poma de Ayala describe a Chinbo Urma, esposa del inca Sinchi Roca, con orquídeas en la mano, a las cuales llama ynquilcona (orquídeas en quechua).
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