Este lunes hace exactamente 20
años que las fuerzas armadas iraquíes invadieron Kuwait actuando a las
órdenes de Sadam Hussein, dando inicio a la Primera Guerra del Golfo.
Las viejas heridas de la guerra aún no se han cerrado, según informa el especialista en asuntos militares de la BBC Frank Gardner, quien trabajaba como periodista en el Golfo en el momento de la invasión.
"Bajo el calor sofocante del verano en el Golfo Pérsico, las calles de la capital kuwaití amanecieron casi desiertas aquella fatídica mañana del 2 de agosto de 1990", relata Gardner. "Muchos de los jeques, empresarios y ciudadanos de a pie de este emirato rico en petróleo se encontraban en el extranjero, en lugares con climas menos severos, como El Cairo o Londres".
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Relaciones tensas
"En los siete meses siguientes los kuwaitíes vivieron bajo el miedo de ser arrestados por los espías iraquíes que buscaban a todo aquel que tuviera conexión con la gobernante familia Al-Sabah o con la insurgencia".
Al año siguiente, la campaña Tormenta del Desierto consiguió la liberación del país y desde entonces Irak ha pagado a Kuwait miles de millones de dólares en concepto de reparación.
Sin embargo, 20 años más tarde, a las generaciones que vivieron la guerra les cuesta olvidar o perdonar. La prensa kuwaití dedica el lunes una amplia cobertura a los traumas que aún afectan a muchos kuwaitíes.
"Las relaciones entre los dos países vecinos siguen tensas y aún hoy hay kuwaitíes que se niegan a perdonar a Yemen, un país que dio una imagen de apoyo tácito a la invasión iraquí, una decisión que ha resultado ser catastrófica para su economía".
IRAK
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