Jonathan Amos
Las agencias espaciales de
Estados Unidos y Europa firmaron una "carta de intenciones" para
unificar sus misiones a Marte.
El acuerdo, suscrito en Washington, le da luz
verde para que científicos e ingenieros de ambos lados del Atlántico
empiecen a planear travesías conjuntas al planeta rojo.
La unión empezará con un orbitador liderado por
los europeos en 2016, continuará con sondas en el planeta en 2018 y
posiblemente con una flota de naves dos años más tarde.
El objetivo final es una misión que pueda traer
a Tierra rocas y muestras de Marte.
El documento fue firmado por los jefes de la
NASA, Charles Bolden, el titular de la Agencia Espacial Europea (ESA,
por sus siglas en inglés), Jean-Jacques Dordain.
La llamada Iniciativa Conjunta de Exploración a
Marte (MEJI) fue precedida por varios meses de discusiones para definir
aspectos clave como el campo de cobertura, la división de
responsabilidades y el financiamiento.
La carta de intenciones coloca el proyecto en un
camino más formal.
Juntos, mejor
Tanto Estados Unidos como Europa se han dado
cuenta de que pueden obtener más logros científicos en el planeta rojo
si unen fuerzas.
Y debido a que los programas de Marte de ambas
partes están bajos presiones económicas, la labor conjunta significa que
la agenda de una misión cada dos años puede mantenerse.
Los Estados miembros de ESA ya prometieron €850
millones (US$1.273 millones) para el proyecto de Marte. No obstante,
para las actividades de la MEJI tendrán que elevar esa cifra hasta los
€1.000 millones (US$1.500 millones).
Esta financiación extra deberá ser acordada en
una reunión del consejo de la agencia europea a mediados de diciembre.
"Creo que lo más importante es que los países
han comprado la idea, por lo que no espero sorpresas", le dijo a la BBC
David Southwood, director de ciencia y robótica de la ESA.
En el papel
Southwood es quien ha delineado, junto con su
homólogo de la NASA, Ed Weiler, una agenda conjunta que incluye los
siguientes lanzamientos:
La NASA proveerá los cohetes para los lanzamientos de 2016 y 2018.
La estación meteorológica de 2016 será más pequeña que el reciente Phoenix Lander de los estadounidenses.
La idea es que Europa envíe la sonda durante lo que -se cree- es la temporada de tormenta de polvo en Marte.
Este tipo de fenómenos pueden cubrir todo el planeta y cambiar las características de la atmósfera, lo que hace que se dificulte la misión.
"Será un reto, pero creemos que sabemos cómo hacerlo", dijo el profesor Southwood.
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