Este miércoles el presidente
Barack Obama firmó este miércoles la ley de reforma financiera que
aprobó la semana pasada el Senado estadounidense, una de las iniciativas
más importantes de su agenda legislativa y, quizá, el último gran
triunfo parlamentario que se anote la Casa Blanca este año.
Además de regulaciones adicionales, la nueva ley establece una oficina de protección al consumidor con la que se busca proteger a los clientes de las llamadas prácticas "depredadoras" de la banca. Un punto en el que las minorías negra y latina han sido históricamente más vulnerables.
Como reconocía en mayo en un comunicado el Departamento del Tesoro, "demasiadas familias latinas han pagado el precio de un marco regulatorio desfasado que dejó al sistema financiero vulnerable y a las familias sin adecuada protección".
Según datos de la Reserva Federal, el banco central estadounidense, los latinos tienen un 30% más de posibilidades de ser afectados por "préstamos fraudulentos", aquellos que fuerzan al cliente a pagar un interés más elevado del que podría obtener de acuerdo a su calificación de riesgo.
clic Lea: EE.UU.: acuerdan "la mayor reforma financiera en 70 años"
Hispanos más propensos a problemas de crédito
"La ley y la trampa"
Como en todo vecindario con alta
presencia de inmigrantes, en Silver Spring, Maryland, hay una profusión
de negocios que ofrecen envíos de dinero al exterior y préstamos
instantáneos con altos intereses, algunos hasta se anuncian con carteles
en español.
Entre las personas que este martes
acudían a uno de ellos en ese barrio cercano a Washington, la mayoría
dijo a BBC Mundo desconocer de qué se trataba la nueva ley del sistema
financiero o cómo los protegería.
Mario González, un carpintero de El
Salvador, aseguró que "no importan los controles que pongan, los
banqueros siempre van a buscarse nuevas maneras de hacer el dinero".
Otros fueron más optimistas -aunque
más desconfiados con la presencia de la prensa- y dijeron que esperaban
que la reforma los protegiera de los que llamaron"usureros" que "son
latinos como nosotros, pero abusan de nuestra necesidad", dijo un
mesero, quien sólo quiso identificarse como Raúl.
Graciela Aponte, analista legislativa del Consejo Nacional de La Raza, la mayor organización de defensa de los derechos de los hispanos, aseguró a BBC Mundo que parte de los problemas surgen porque los latinos tienen una cultura bancaria distinta y a veces no conocen el negocio en EE.UU.
"Hemos visto muchos casos, sobre todo en las hipotecas inmobiliarias, que les decían a los consumidores que el interés era bajo, pero no les avisaban que el costo les iba a subir eventualmente. A veces lo que firmaban era muy diferente de lo que se les había ofrecido", aseguró Aponte a BBC Mundo.
Sin embargo, Aponte no considera que la falta de competencia al hablar inglés pueda ser la principal razón para la vulnerabilidad de los latinos porque asegura que "los prestamistas que si hablan español a veces tampoco dan la información correcta".
Los hispanos suelen estar menos "bancarizados" que el resto de la sociedad. Según datos del Departamento del Tesoro, el 16% de los hogares latinos no mantienen cuentas bancarias, bien por desconfiar del sistema o por huir de los costos de manutención.
Remesas claras
Según cifras del Banco Mundial, en 2009 unos US$ 48.000 millones salieron de EE.UU. hacia países de América Latina y el Caribe en forma de remesas enviadas por inmigrantes a sus familias.
Aunque el promedio de lo que una persona envía a su país es sólo unos cientos de dólares, se trata de un negocio gigantesco. Muchas veces lo que pagan los usuarios por el servicio no está del todo claro.
"Una vez tuvimos un caso de una persona que envió US$1.000 a su país y al final sus familiares sólo recibieron US$700", ejemplificó Graciela Aponte, aunque aclaró que la diferencia fue en costos perfectamente legales "sólo que escondidos".
La nueva ley exige a bancos y otras empresas que trabajan con giros y transferencias discriminar los costos e impuestos que paguen los clientes al contratar sus servicios, de manera que sepan cuánto dinero recibirá el beneficiario final.
Para algunos, ese sólo detalle, es suficiente para considerar que la reforma financiera es un beneficio directo para la comunidad hispana en EE.UU. y para los inmigrantes en general.
Algunos aspectos de la reforma entrarán en vigencia inmediatamente, pero la mayoría de los cambios tomarán hasta dos años en funcionar plenamente.
OBAMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario