América Latina y el Caribe
"conforman la región más desigual del mundo" y esa desigualdad no sólo
es alta, sino también muy persistente, concluyó el Informe Regional
presentado en San José, Costa Rica, por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), que busca no sólo comprender las
causas de este fenómeno, sino también ofrecer soluciones.
La desigualdad se puede medir con el "coeficiente de Gini", utilizado habitualmente por este tipo de estudios. Varia de cero a uno, siendo el cero la igualdad absoluta y, el uno, la mayor disparidad posible.
En América Latina los dos países con el índice más bajo, los más igualitarios, son Uruguay y Costa Rica, con 0,45 y 0,47 respectivamente. En el otro extremo, Haití y Bolivia trepan hasta 0,59 y 0,6. Es decir, son aquellos donde la desigualdad es mayor.
El estudio destacó además de las brechas visibles entre los países en términos de desarrollo humano, la que existe dentro de cada país.
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¿Cómo combatir esa desigualdad?
El Informe destaca la importancia del "logro educativo" en el combate a la desigualdad. Pero añade que el gasto social del Estado en salud, nutrición e infraestructura, contribuyó también, en la última década, de forma significativa a reducirla.
Y sin embargo, la desigualdad sigue siendo particularmente elevada en la región, sin que el estudio termine de encontrar una explicación definitiva para esta situación.
Para combatirla, el coordinador del Informe, Luis Felipe López, reiteró que "no alcanzan los planes contra la pobreza. Se necesitan políticas específicas contra la desigualdad".
Lo que se plantea el informe es un marco de análisis en los hogares, con el objetivo de descubrir "las restricciones que éstos enfrentan y los mecanismos que causan la reproducción de la desigualdad".
López destacó, en su presentación, que "la desigualdad se hereda en América Latina", por lo que el informe sostiene que si las políticas públicas inciden en esos mecanismos de transmisión, como el acceso a la educación y la salud, podrían reducirla.
Pero, advierte también, eso no es fácil, pues la desigualdad genera un acceso inequitativo a las instancias institucionales y limita la capacidad de los grupos más débiles de hacerse escuchar.
"El sistema político no permite compensar las desigualdades", asegura.
Una comparación sobre la "presión tributaria" existente en América Latina y otras regiones del mundo ayuda a explicar el fenómeno.
La carga tributaria es de 17% del Producto Interno Bruto (PIB) en la región, menos de la mitad de la existente en los países desarrollados de la OCDE, donde llega a 36,4%, o la de Estados Unidos, que es de 26,8%, según los datos del Informe.
ECONOMÍA
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