Estados Unidos pidió este martes
sanciones adicionales contra Irán por su programa nuclear en un nuevo
borrador de resolución presentado ante el Consejo de Seguridad de la
Organización de Naciones Unidas.
"Hemos alcanzado un acuerdo sobre un borrador",
aseguró Clinton antes de que circulara la propuesta.
El borrador especifica la inspección
internacional de embarcaciones iraníes cuando surjan sospechas de que
transportan carga relacionada con los programas de energía nuclear o
misiles.
La resolución también prohibiría la venta de
algunas armas pesadas.
La medida ahora cuenta con el visto bueno de
Rusia y China, países que anteriormente se habían mostrado reticentes a
sancionar a Irán.
Los otros dos miembros permanentes del Consejo
de Seguridad, Francia y el Reino Unido, también dieron su aprobación
antes de que el proyecto fuera entregado a los otros diez miembros del
Consejo de Seguridad.
Brasil y Turquía
Dos de esos países, Brasil y Turquía, anunciaron
el lunes que habían logrado un acuerdo con Teherán en el que se buscaba
evitar una nueva ronda de sanciones.
quienes consideren que a través de sanciones y otras medidas se acercarán más (al objetivo de controlar el programa nuclear iraní), ellos deberán asumir sus responsabilidades.
Celso Amorim, canciller
de Brasil
La embajadora de Brasil en la ONU, Maria Luiza
Ribeiro, señaló que "Brasil no se va a involucrar en el debate de
esfuerzos por una resolución (sobre Irán) porque considera que todavía
hay margen para una negociación".
El borrador estadounidense en efecto podría
desplazar el acuerdo anunciado por Brasil y Turquía.
Ese acuerdo establece el compromiso de Irán de
mandar 1.200 kilos de uranio poco enriquecido a Turquía, que a su vez
devolvería al país islámico uranio lo suficientemente enriquecido como
para que pueda ser utilizado como combustible en su reactor nuclear con
fines médicos.
La propuesta brasileña y turca es similar a una
que ya había hecho Occidente a Irán el año pasado, pero fue rechazada
por Teherán.
Audiencia en Washington
Clinton dio a conocer la propuesta de Washington
durante una audiencia del comité de Relaciones Exteriores del Senado
estadounidense.
La diplomática aseguró que los cinco miembros
permanentes del Consejo habían acordado, lo que llamó, sanciones fuertes
contra la nación islámica, lo que indicaría, según el corresponsal de
la BBC para Irán John Leyne, que incluso las potencias menos críticas a
Irán como China y Rusia no quedaron convencidas con el acuerdo con
Turquía.
EE.UU. y otros países habían subrayado el mismo
lunes que el texto acordado por Brasil y Turquía no respondía a todas
las preocupaciones en torno al controvertido programa nuclear iraní.
Uno de los principales reparos era que Teherán
no explicaba si continuaría enriqueciendo uranio más allá de los envíos
que realizará hacia Turquía.
Irán siempre ha alegado que quiere el uranio
para fines pacíficos, bien energéticos o médicos. Pero los países
occidentales desconfían.
En Brasilia el canciller brasileño Celso Amorim
señaló en rueda de prensa que la propuesta de enviar uranio iraní a
Turquía sería una mejor opción porque hace hincapié en una solución
pacífica a la disputa nuclear de Teherán con las grandes potencias
occidentales.
"Esta es la primera vez que Irán acepta por
escrito una propuesta sin condicionamientos", señaló Amorim en una rueda
de prensa tras haber regresado de la capital iraní en un viaje junto al
presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Amorim luego advirtió que "quienes consideren
que a través de sanciones y otras medidas se acercarán más (al objetivo
de controlar el programa nuclear iraní), ellos deberán asumir sus
responsabilidades".
Brasil, cuya participación en el Consejo de
Seguridad como miembro no permanente encaja con sus ambiciones de
proyectarse más a nivel mundial y regional, podría haberse excedido con
la propuesta presentada junto a Turquía, según un académico consultado
por la agencia Reuters en Brasilia.
"Brasil ayudó a Irán a volver a la mesa de
negociaciones y eso es algo claramente positivo. Lula puede reclamar el
crédito por eso", señaló el vicedirector del Instituto de Relaciones
Exteriores de la Universidad de Brasilia, Alcides Costa Vaz.
"Sin embargo es una apuesta arriesgada y
frágil", agregó.
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