Las 10+: A propósito de los 25 años del estreno del
clásico “La ciudad y los perros” y de la reciente “Ella”, hemos querido
recordar los filmes de mayor recordación del laureado director peruano
Encuesta
Por: Daniel Meza Mosqueira
No pocos recuerdan aquel 18 de junio de 1985 cuando, con gran
expectativa, se estrenaba en distintas salas de nuestra capital la
esperada película de Francisco Lombardi, La ciudad y los perros,
en la que se llevaba al cine una de las más geniales novelas de nuestro
escritor Mario Vargas Llosa. Este sería solo una señal de la
predilección del cineasta por tratar los aspectos más extravagantes y
crudos de nuestra variopinta sociedad.
Al mismo tiempo que termina de proyectarse “Ella”
(nuevo filme de Pancho) en nuestras carteleras, es que hacemos un
nostálgico y breve homenaje a las mejores y más éxitosas cintas
(nominadas y premiadas en festivales del mundo) de uno de los más
representativos directores de nuestro cine. Vamos al flashback:
1. Pantaleón y las visitadoras (1999): Este éxito
de taquilla nacional es un claro ejemplo de la inclinación de Lombardi
por nuestra literatura (adaptación de la picante obra de MVLL). ¿Quién
olvidaría el momento en que aquel bombón llamado Angie Cepeda (a sus 25
años) se quita la ropa en frente del capitán Pantaleón Pantoja? Salvador
del Solar, en uno de sus más memorables papeles, es delegado a
articular un servicio de prostitutas que “apacigüen” a las tropas del
ejército de la Amazonía, pero no logra contenerse ante los encantos de
su mejor ‘visitadora’. “No tiene nada de malo que usted haga un control
de calidad, Don Panta”, argumentó la ‘Colombiana’. No, pues, con ella
no había cómo negarse.
2. Tinta roja (2000): Otro gol de ‘Pancho’
(inspirado en una obra del escritor chileno Alberto Fuguet), que refleja
la cruda realidad callejera de Lima. Con un extraordinario humor negro,
Giovanni Ciccia encarna a Alfonso, un practicante de periodismo que
quiere ser escritor. Gianfranco Brero es Faúndez, su despiadado jefe de
policiales del diario sensacionalista “El Clamor”. El viejo zorro
bautiza como ‘Varguitas’ a Alfonso (por su admiración hacia MVLL) y lo
pone ‘en una’ frente la muerte, los asesinatos y la violencia de la
urbe, no sin antes desbaratar sus sueños con una frase rotunda: “el
periodismo, como la prostitución, se aprende en la calle, Varguitas”.
Gran película, vale verla otra vez.
3. La ciudad y los perros (1985): Ya con un cuarto
de siglo de ser grabada, el sólo escuchar el título de este clásico
drama nos trae al recuerdo al díscolo ‘Jaguar’ (el inmortal papel de
Juan Manuel Ochoa), al ‘Poeta’, del casi desaparecido Pablo Serra y al
‘Esclavo’, el incipiente Eduardo Adrianzén. Queridos íconos de antaño
que mostraron la cruda realidad de los ‘perros’ (cadetes) en el Colegio
Militar Leoncio Prado, y que le valieron a ‘Pancho’ ser premiado en San
Sebastián como el mejor director. Imposible no citar la memorable frase
del teniente Gamboa (genial acto de Gustavo Bueno): “Qué mira cadete,
¿quiere que le regale una fotografía mía calato?”. Contundente.
4. No se lo digas a nadie (1998): No contento con
escandalizar a la gentita de la ‘jet set’, Bayly también escribió un
guión para la versión fílmica de su polémico libro. El estreno de la
película fue un verdadero escándalo al mostrar desnudos a actores como
Santiago Magill, Christian Meier y Giovanni Ciccia a los besos y
caricias, cuando nos tenían acostumbrados a usuales papeles de galán
‘hetero’. Magill era Joaquín, un joven gay que por presión social se
enrola con la guapísima actriz ibérica Lucía Jiménez, aunque en el fondo
adora a un amigo. Es atractiva la musicalización del filme con el tema
“El amor después del amor” de Fito Páez como emblema o “Mi auto era una
rana” de Pedro Suárez Vértiz.
5. La boca del lobo (1988): Si hay un papel que
Gustavo Bueno hacía realmente bien es el del teniente lengua sucia. Con
un poco más de pelo y con un talante muy distinto al que muestra hoy con
su papel de ‘Don Gilberto’, el pedante militar –enviado a un pueblo de
la sierra para combatir el terrorismo- es enfrentado por uno de sus
subalternos, el soldado ‘Vitín’ Luna, a quien interpreta un joven Toño
Vega (quien se rebela porque se harta de los abusos que cometen contra
los comuneros). Lombardi y Bueno logran quizás, el mejor retrato
castrense del cine perucho.
6. Caídos del cielo (1991): Se hizo famosa por
llevar la adaptación del cuento “Los gallinzos sin plumas” de Julio
Ramón Ribeyro al cine (notable Delfina Paredes), pero es recordada por
la transformación facial que sufrió Gustavo Bueno para acercarse al
optimista locutor radial, de look Cuasimodo, don Ventura (“Hola amigo,
amiga que me escuchas, desde las ondas estelares de tu Alfa radio, te
digo: “tú eres tu destino”). De las tres historias (la restante la
llevaron a cabo Élide Brero y Carlos Gassols; palmas para ambos), la de
Bueno junto a Marisol Palacios es la mejor lograda, y la que permanece
en la retina de la gente.
7. Bajo la piel (1996): Espectacular thriller
policial con tintes de drama y pizcas de romanticismo. Fue rodado en el
norte del Perú y, aunque no lo crean, es atrapante de principio a fin.
Hay quienes dicen -y no exageran- que es el mejor trabajo de Lombardi en
los últimos quince años. Las actuaciones de Diego Bertie y José Luis
Ruiz, más el aporte sensualón de la española Ana Risueño (haciendo honor
al apellido, mantuvo contento al respetable) dejaron satisfechos a
todos. No fue al Óscar ni tampoco a San Sebastián, pero no importa. Este
es el cine de Lombardi que tanto extrañamos.
8. Cuentos Inmorales (1978): A ver, todos seamos
por diez segundos Jorge García Bustamante y cantemos, optimistas, el
himno al optimismo: “Se levanta la niña a las cuatro, cuando llega la
madrugada…”.
Si bien la versión peruana de Cuentos Inmorales tiene
cuatro historias (la más graciosa era la protagonizada por el actor de
Carmín y dirigido por Augusto Tamayo), la correspondiente a Lombardi
estuvo genial y también cuenta con altísima recordación. El corto se
llamó “Los amigos”, y narra la juerga de tres amigos del colegio que se
juntar para beber hasta las lágrimas. Cuando el alcohol no entra más, a
uno de ellos se le sale lo gay: adiós hermandad escolar.
9. Muerte de un magnate (1980): De las primeras
pelas del cineasta. En ella, reconstruye el asesinato del exitoso
empresario pesquero Luis Banchero Rossi (Orlando Sacha) -también mecenas
del tradicional y hoy casi desaparecido club de fútbol Defensor Lima- a
manos de su jardinero. El crimen, cometido en su casa de Chaclacayo
mientras era acompañado por su secretaria, concitó la atención de la
sociedad limeña. Francisco, fiel a su conocido estilo, llevó el caso
policial al cine. Para rodar, el cineasta buscó actores muy parecidos a
los involucrados en los hechos reales. En el recuerdo: el desnudo de
Martha Figueroa.
10. Maruja en el infierno (1983): La bella hermana
del feo Raúl Romero, Elena, protagonizó esta historia en la que era
atormentada por su madrina, una mujer con aspecto de bruja (la
espectacular Elvira Travesí) que también esclavizaba a unos pobres locos
a los que hacía trabajar día y noche. Pablo Serra (el ‘Poeta’,
¿recuerdan?) se enamora de la jovencita cuando va a venderle un orate
callejero a la avara setentona. La realidad cruda, el robo y la crisis
económica que nuestro país vivió en los años setenta caracterizan el
hilo de esta historia lineal, aunque intensa. Eso sí: no se olvidan las
escenas ‘hot’ que la Romerito y hasta Elvira Travesí tuvieron en la
ficción.
¿Cuál de estos filmes te parece el mejor? ¿Qué filme faltó para ti en este ranking?
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