Soldados en Bangkok
intensificaron este sábado el cerco a un campamento donde se encuentran
manifestantes opositores al gobierno, en el tercer día consecutivo de
violencia que se registra en la capital de Tailandia.
Fuertes explosiones y disparos se escucharon al
tiempo que el ejército trató de tomar el control de las áreas norte y
este de un campamento fortificado instalado por los manifestantes, a
quienes se les conoce como los "camisas rojas".
El ejército declaró el área como "zona de
combate" y advirtió que las tropas podrían penetrar en el campamento.
Los manifestantes sostienen que el gobierno
actual llegó al poder de manera ilegítima y exigen la renuncia del
primer ministro, Abhisit Vejjajiva, así como la realización de nuevas
elecciones.
De acuerdo con cifras oficiales, la violencia
-que comenzó el jueves- ha dejado un saldo de 22 personas muertas.
Se estima que cerca de 150 personas han
resultado heridas.
Durante los últimos días, 27 personas han sido
arrestadas. Cada una de ellas ha recibido sentencias de seis meses en
prisión, indicó el corresponsal de la BBC en Bangkok, Chris Hogg.
En un mensaje transmitido por televisión, el
primer ministro de Tailandia indicó que la acción en contra de los
manifestantes es la única forma de aplacar las protestas.
Abhisit Vejjajiva dijo que su gobierno hará todo
lo posible para minimizar el baño de sangre durante la operación
militar.
Sin embargo, Hogg señaló que el tono del
mandatario fue desafiante. El gobierno decartó negociar con los
manifestantes y se ha centrado en justificar la acción armada.
El Secretario General de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, pidió abstenerse de la violencia a
ambas partes y restablecer el diálogo.
En el terreno
A lo largo del día, se han registrado
escaramuzas entre tropas y manifestantes.
La corresponsal de la BBC en Bangkok Rachel
Harvey informó que el ejército ha bloqueado las calles en un intento por
interrumpir el suministro de alimentos dirigido a los "camisas rojas".
Entretanto, los manifestantes le han respondido
con bombas de fabricación casera y fuegos artificiales. Los "camisas
rojas" acusan al gobierno de utilizar francotiradores en su contra.
Durante más de dos meses, los manifestantes han
ocupado partes de Bangkok y sostienen que están decididos a permanecer
en las calles mientras el gobierno actual siga en funciones.
En el campamento fortificado, hombres y mujeres,
jóvenes y ancianos duermen en esteras, preparan la comida, o escuchan
los discursos que provienen de una tarima construida especialmente,
explicó Harvey.
"La retórica es cada vez más estridente. Los
líderes más radicales ahora parecen tener las de ganar y advirtieron que
habrá más derramamiento de sangre si las tropas de continúan su
operación para acordonar la zona", agregó nuestra corresponsal.
El gobierno había informado anteriormente que
los soldados estaban disparando sólo en defensa propia y que en breve,
la situación estaría bajo control.
Sin embargo, por ahora el área en el centro
comercial de la capital de Tailandia es una zona de exclusión, señaló
Harvey.
A pesar de la violencia, no hay reportes de
violencia en otras zonas de Bangkok.
Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que no
viajen a la capital tailandesa y la Embajada Británica advirtió que
puede haber más violencia.
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