Aumenta la presión para que
Irlanda pida formalmente un rescate a fin de evitar una corrida sobre la
moneda única europea, el euro.
El gobierno de Irlanda, por su parte, insiste en negar categóricamente que necesite tal rescate, pero ha admitido que hay negociaciones para tranquilizar a los mercados financieros.
Como parte de estas negociaciones, Dublín ha aceptado que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) visiten Irlanda para discutir la crisis.
El euro está otra vez en la cuerda floja.
Un año, muchas crisis
En la primera mitad del año fue Grecia y el temor a que arrastrase a los 16 países que conforman la eurozona, aquellos en los que la moneda es el euro.
En mayo la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional salieron al rescate de Grecia y calmaron la turbulencia de los mercados financieros.
En las últimas dos semanas, una crisis similar está asediando a la República de Irlanda.
De ahí la presión para que Dublín acepte una operación que termine con la turbulencia que se ha instalado en los mercados financieros, que además ya tienen en la mira a Portugal.
La crisis ha encarecido los préstamos a este país que forma parte de ese eslabón débil del euro, los llamados Piigs (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España).
Ay, los bancos
El comisario Rehn indicó que están contemplando un plan "concentrado en la reestructuración del sector bancario irlandés".
El rescate sería de unos 100.000 millones de euros, la mitad de los cuales irían a los alicaídos bancos irlandeses, hundidos por la fiebre de especulación que estalló con la crisis financiera mundial de 2008.
En septiembre, el gobierno del primer ministro Brian Cowen anunció que el costo de rescatar al Banco Anglo-Irlandés, la institución bancaria más endeudada del país, podría ascender a US$45.000 millones.
Este rescate aumentó el déficit fiscal del país a un 32%, el más alto de la UE.
Una crisis de la eurozona, que representa más del 75% del PIB de la UE, tendrá un fuerte impacto sobre los 27 países que conforman la unión, usen o no el euro. Una crisis de la UE tendrá repercusiones globales.
Marcelo Justo, BBC Mundo
El problema es que hay elecciones en la República de Irlanda y el gobierno no está muy entusiasmado en recibir una ayuda que le daría armas a la oposición en tanto sería concederle al Banco Central de Europa y al Fondo Monetario Internacional el papel de virtuales veedores de su economía.
¿Quién paga?
El dinero saldría de las arcas de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, constituida tras la crisis griega con un fondo de unos 440.000 millones de euros.
La presión sobre el gobierno es muy fuerte porque el temor a un efecto contagio es enorme.
Y es que la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera tiene sus límites.
Está lidiando con Grecia, puede rescatar a Irlanda y llegar a evitar una debacle de Portugal, pero si la crisis se expandiera a España o Italia, cuyas economías son sensiblemente mayores, la situación se volvería crítica.
Grecia es un 2,3 % del PIB de la Unión Europea: España ronda el 8,8%, Italia es el 12,8 %.
En este sentido es una crisis de círculos concéntricos, como las ondas que hace una piedra arrojada de canto al agua.
Una crisis de la eurozona, que representa más del 75% del PIB de la UE, tendrá un fuerte impacto sobre los 27 países que conforman la unión, usen o no el euro.
Una crisis de la UE, el bloque económico más importante del planeta, tendrá repercusiones globales.
IRLANDA
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