Anunció que irá a
la capital danesa al final de la cumbre para firmar junto a otros 60
jefes de Estado y presidentes un acuerdo para disminuir los gases
contaminantes que crean el cambio climático.
Obama salvó la cumbre de Copenhague. Cuando todo parecía que iba a
terminar en un acuerdo sin sustancia y sin firma, el presidente de
EE.UU. confirmó que llegará a la capital danesa en el momento crucial,
cuando estén presentes otros 60 jefes de Estado entre el 17 y el 18 de
diciembre, para asumir el compromiso de que su país -el más contaminante
del planeta¿ va a recortar las emisiones de gases que provocan el
calentamiento global. La Casa Blanca anunció que está dispuesta a
entregar US$ 100.000 millones al año hasta el 2025 a los países
emergentes para que puedan financiar la reconversión de sus industrias.
El compromiso fue posible después de que EE.UU. lograra un acuerdo del
que no se conocen los detalles con China -el segundo más contaminante¿ y
la India -el cuarto¿ por el que van a reducir ellos también las
emisiones de dióxido de carbono.
En el gobierno danés, el clima
era exultante. El primer ministro Lars Lokke Rasmussen ya había viajado
de sorpresa a la última cumbre de los países del Pacífico, APEC, para
destrabar la negociación y había logrado que Obama y su par chino, Hu
Jintao, accedieran a firmar un acuerdo marco en esta cumbre para
ratificarlo el próximo año una vez que el Congreso en Washington
aprobara una ley sobre el recorte de las emisiones. Ahora, tendrá a los
líderes del mundo todos juntos levantando la mano y aceptando que el
calentamiento es una realidad irreversible y que si no se toman las
medidas necesarias para evitar que la temperatura del planeta se eleve a
más de dos grados de promedio, un cuarto de la humanidad estará en
peligro afectada por inundaciones, sequías y otras calamidades en los
próximos 30 años. "Esto cambia completamente las cosas. Ahora, ya no
tenemos excusas para lograr el mejor de los acuerdos", lanzó Yvo de
Boer, presidente de la cumbre y el hombre que lidera las negociaciones
desde la ONU.
EE.UU. se compromete a reducir las emisiones en 17%
para el 2020 con respecto al 2005. China habla de 40 o 45%, también
para 2020, pero de la intensidad de dióxido de carbono por unidad del
PBI. Eso significa que no dejará de emitir si lo necesita para seguir su
desarrollo pero que lo hará a un ritmo más lento. La India, apenas este
jueves anunció que hará un recorte de 20% a 25%, pero también de la
intensidad de las emisiones. Obama, el premier chino Wen Jiabao y el
premier indio Manmohan Singh tendrán que encontrar un lenguaje común
para traducir todas esas hipérboles cuando se junten acá en 10 días.
En
el Bella Center, el enorme predio de convenciones donde se congregarán
los 15.000 delegados, científicos, periodistas, agentes de seguridad y
azafatas de feria, a 20 minutos del centro de Copenhague, se corría
anoche contra reloj para tener todo listo para las diez de la mañana de
mañana cuando abran las deliberaciones.
Habrá representantes de
92 países, todos con espacios propios para organizar reuniones,
consultar a sus gobiernos o atender a la prensa. Para evitar problema de
idioma están listos 300 traductores de la ONU. Y para que tampoco haya
inconvenientes con los gustos gastronómicos, hay decenas de comedores
especializados por región del mundo. Todo, entre paneles interactivos.
Hay cientos de pantallas desplegadas, la mayoría sensibles al tacto y
por las que se puede obtener la información sobre los cambios climáticos
en cualquier lugar del planeta. Para Buenos Aires, dice que las
inundaciones son cada vez más frecuentes y que de no tomarse medidas
globales, podría quedar media ciudad bajo el agua antes del 2050.
Algunos
países toman todo esto con una seriedad extrema. Brasil anunció ayer
que vendrá con una delegación de casi 700 personas al contrario del
mínimo equipo de Argentina. El presidente Lula da Silva vendrá
acompañado de 80 miembros del gobierno federal, 100 representantes de
gobiernos regionales y 40 legisladores. La jefa de las negociaciones
será la ministro Dilma Roussef, la elegida por Lula como candidata para
el año que viene. También estará su rival, la ex ministro Marina Silva,
postulante del Partido Verde. Brasil se comprometió a reducir las
emisiones entre 36% y 39% para 2020 pero condiciona todo a que los
países más ricos financien la reconversión de las industrias de los más
pobres.
La cumbre ya está instalada en las calles alrededor de
los históricos muelles de Copenhague. En cada plaza se desarrollan
eventos relacionados. El más importante, frente al palacio de la
alcaldía se denomina "Hopenhaguen" (jugando con la palabra inglesa
"hope", esperanza). Y en la plaza Kongens Nytorv, sobre la calle
Stroget, la peatonal comercial de la capital danesa, el escultor inglés
Mark Coreth esculpe la figura de un oso polar sobre un bloque de hielo
de once toneladas que tiene en su interior una armadura de bronce del
esqueleto del animal. "Esto se va a derretir -cuenta Coreth¿. Y lo que
va a quedar será el esqueleto para mostrar cuál es el efecto concreto
del calentamiento global". Un chiquito de unos cuatro años, de cachetes
colorados y sombrero escandinavo se mete entre medio y juega con el
hielo. Es el otro símbolo. El de la posibilidad de que esta cumbre sirva
para mejorar la calidad de vida de éste y otros miles de millones de
chicos. http://www.clarin.com/diario/2009/12/06/um/m-02056492.htm
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