Sanciones a Irán: ¿qué pasa con el liderazgo de Brasil?

Redacción

BBC Mundo

¿Faltó coordinar una estrategia de amplio consenso?

El acuerdo negociado hace un mes por Brasil y Turquía con Irán para el canje de combustible nuclear no fue capaz de evitar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impusiera una cuarta ronda de sanciones contra Teherán.

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Los esfuerzos de la diplomacia brasileña en la búsqueda de una solución negociada al diferendo nuclear no pudieron superar el escepticismo de Occidente ni lograr el respaldo de China y Rusia, que originalmente parecían más cercanos a Irán, pero al final cambiaron de posición.

Algunos analistas destacan que el empeño de Brasilia en asumir liderazgo en el tema de Irán y su determinación frente a la posición de Estados Unidos refuerzan la proyección internacional de Brasil.

Pero otros observadores plantean ahora cuestionamientos sobre el verdadero alcance del liderazgo internacional brasileño y su poder para influir en la agenda global.

¿El gran juego?

Los intentos de Brasil de participar en las negociaciones para encontrar una solución al impasse entre Irán y Occidente muestran claramente que el país tiene grandes pretensiones en el escenario internacional

Américo Dos Santos, editor de las Américas del Servicio Mundial de la BBC

Alfredo Baladao, catedrático del Instituto de Ciencias Políticas en París, le dijo a BBC Mundo que Brasil ya había intentado demostrar su proyección internacional "al tomar el comando de la misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH), pero ahora hubo un intento de demostrar liderazgo a nivel de un gran problema estratégico central que es la cuestión de Irán".

El problema es que "Brasil jugó muy solo, junto con Turquía, sin coordinar una estrategia que involucrara no sólo a Estados Unidos sino también a las grandes potencias europeas, a China y a Rusia".

A diferencia de Turquía "que se jugaba su liderazgo regional en Asia, su capacidad de hacer presión sobre la Unión Europea, su capacidad de reforzar su papel como miembro de la OTAN y otros aspectos importantes, Brasil quería sólo demostrar que podía jugar el gran juego y se quedó solo, con los estadounidenses y europeos nada contentos, y sin el apoyo de los rusos y los chinos".

De ahí que "la proyección internacional del país, claramente, no salga fortalecida", en opinión del experto.
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Táctica "arriesgada"

Analistas destacan que el empeño de Brasilia en el tema de Irán refuerzan su proyección internacional.

Américo Dos Santos, editor de las Américas del Servicio Mundial de la BBC, coincide en que "los intentos de Brasil de participar en las negociaciones para encontrar una solución al impasse entre Irán y Occidente muestran claramente que el país tiene grandes pretensiones en el escenario internacional" y añade que "la principal de ellas es intentar conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU". 

Sin embargo, "se trata de una estrategia arriesgada".

El riesgo viene dado, de acuerdo con Dos Santos, "en que la diplomacia brasileña decidió defender posiciones contrarias a la de las grandes potencias occidentales, lo que puede alejar al país aún más el Consejo de Seguridad".

Para Alfredo Baladao, "no hay gran diferencia" en el tipo de estrategia que adopte Brasilia porque alcanzar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad es algo que "siempre ha estado muy lejos".

En sus palabras, "no se trata sólo de una cuestión brasileña, sino que también lo es de otros países como la India, Alemania, Japón. Sólo puede haber asientos para nuevos miembros permanentes si hay una reforma total del Consejo de Seguridad y de la propia ONU".

En consecuencia, según el especialista "lo que haga o no haga Brasil tiene muy poca importancia" para conseguir el asiento en el Consejo de Seguridad.
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