Juan Manuel Santos juró
este sábado su cargo como nuevo presidente de Colombia ante más de 100
delegaciones internacionales en la capital del país, Bogotá.
En su discurso de toma de posesión, Santos aseguró que la palabra guerra no está en su diccionario y anunció que una de sus prioridades será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador.
clic Lea: Chávez: "Lula lleva una misión" a Colombia
"No reconozco enemigos en ningún gobierno extranjero", exclamó Santos en su discurso, tras asumir su cargo y después de posesionar a su vicepresidente, Angelino Garzón.
Entre los asistentes a la ceremonia de juramentación celebrada en Bogotá se encontraban el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro.
En su intervención, Santos agradeció las ofertas de mediación para restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela e invitó al presidente de ese país, Hugo Chávez, a sostener "un diálogo franco y directo".
En ese momento, el mandatario fue interrumpido por una salva de aplausos por parte del público y en una clara referencia al gobierno de Venezuela, Santos dijo que, a pesar de las diferencias ideológicas, "se pueden tener buenas relaciones con los demás países".
Y explicó que esas relaciones deben estar basadas "en el respeto mutuo, la cooperación recíproca y la firmeza contra los criminales".
clic Lea: Cambio de mando en Colombia
El nuevo presidente de Colombia precisó que en su esfuerzo por restablecer la confianza con los países vecinos privilegiará la diplomacia, "porque las buenas relaciones nos benefician a todos".
Puertas del diálogo no están cerradas
Como estaba previsto, el nuevo mandatario dijo que continuará con la política de seguridad que puso en marcha su antecesor, Álvaro Uribe, a quien elogió públicamente, pero también declaró que las puertas del diálogo con los grupos armados ilegales "no están cerradas con llave". Y en eso marcó diferencias con Uribe.
Entre las condiciones para dialogar, Santos mencionó que los grupos alzados en armas deben renunciar al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión, al reclutamiento de menores y al uso de minas antipersonales.
El mandatario prometió trabajar por reducir la pobreza y el desempleo, se comprometió a mejorar la calidad de la educación y la salud, y defendió los postulados de prosperidad democrática y buen gobierno.
clic Lea: Lectores desaprueban el legado de seguridad de Uribe
"A los pobres no les fallaremos", exclamó y subrayó que su gobierno será transparente.
Santos también anunció que quiere mejorar las relaciones del gobierno con la justicia, que quedaron muy deterioradas al término de la administración de Álvaro Uribe.
"Reitero mi invitación a las Altas Cortes para que trabajemos en completa armonía, buscando una justicia pronta y eficaz para todos los colombianos, y combatiendo la impunidad, que es uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo", dijo.
Cambio de tono
El de Santos fue un discurso en el que desaparece la pugnacidad y la confrontación, opinó Castro.
Pachón considera que Santos lució más conciliador y menos confrontacional que Uribe, que la víspera de dejar el cargo le dio poder a un abogado para demandar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Santos también marca diferencias cuando defiende su gobierno de unidad nacional y al mismo tiempo destaca la necesidad de que en una democracia haya oposición y un sistema de pesos y contrapesos, explica Pachón.
Respecto a Venezuela, Castro dice que el llamado al diálogo directo con Chávez parece obedecer a que Santos considera que la mediación de Unasur o de Brasil podrá favorecer a Caracas.
COLOMBIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario