Hace exactamente 65
años murió el líder alemán Adolfo Hitler.
Louise Hidalgo, de la BBC, estuvo
escuchando algunos relatos de primera mano en los archivos de la BBC.
"Éste es Londres llamando. Noticia de última hora. La radio alemana acaba de anunciar que Hitler está muerto. Repito: La radio alemana acaba de anunciar que Hitler está muerto".
Los últimos 10 días fueron realmente una pesadilla. Estábamos sentados en el búnker, los rusos se acercaban y escuchamos los disparos y las bombas
Traudl Junge, secretaria
personal de Hitler
"Los últimos 10 días fueron realmente una pesadilla. Estábamos sentados en el búnker, los rusos se acercaban y escuchamos los disparos y las bombas", relató la secretaria personal de Hitler, Traudl Junge, una de las pocas en presenciar los últimos días del führer.
"Hitler estaba sentado y esperando algún rescate, pero dejó muy en claro que, si no podía obtener la victoria en Berlín, no se iría, que iba a morir en Berlín. Se quedaría y se suicidaría. Así que todos sabíamos lo que pasaría pero, cuando nos dijo el 22 de abril de 1945 que podíamos y debíamos irnos de Berlín, Eva Braun fue la primera que dijo 'no, tú sabes que nunca te dejaría. Me quedaré', y muy espontánea y automáticamente le dije lo mismo".
Cumpleaños
Ese mismo día, el 22 de abril, dos días después de que Hitler cumpliera 50 años, el hombre que había sido el arquitecto en jefe de Hitler y luego su ministro de Armamento, Albert Speer, visitó el búnker para decir adiós. Speer recordaría más tarde cuán distinto era el hombre que encontró.Albert Speer salió del búnker en la mañana del 23 de abril. El 27, Berlín estaba completamente aislada del resto de Alemania.
"Todo el mundo estaba esperando que Hitler se suicidara, pero él tenía que casarse primero y dictar su última voluntad, y eso era el 28 de abril", señaló Traudl Junge.
Casamiento
Adolfo Hitler y su amante desde hacía mucho tiempo, Eva Braun, se casaron en realidad sólo después de la medianoche en la mañana del 29. Hitler entonces le dictó su última voluntad y testamento a Junge."De repente, oí a alguien gritándole al asistente de Hitler. '¡Linge, Linge, creo que ya sucedió!'. Habían oído un disparo", cuenta Rochus Misch, quien había sido guardaespaldas de Hitler y atendía los teléfonos en el búnker en los últimos días.
"En ese momento, Martin Bormann, secretario privado de Hitler, le ordenó a todos a guardar silencio. Todo el mundo empezó a susurrar. Estaba hablando por teléfono y empecé a hablar más fuerte a propósito porque quería escuchar algo. Yo no quería que se sintiera como si estuviéramos en el búnker de la muerte".
"Bormann ordenó que se abriera la puerta de Hitler. Una de las ayudantes de Hitler abrió la primera puerta, Guensche o Linge, no sé cuál. Ambas estaban allí. Yo también fui a ver porque tenía curiosidad. A continuación, la segunda puerta se abrió. Vi a Hitler desplomado, con la cabeza sobre la mesa. Eva Braun estaba tumbada en el sofá con la cabeza hacia él. No estoy seguro de si Hitler estaba sentado en un sillón o en el sofá. Puedo estar equivocado. De lo que estoy seguro es de que la cabeza de Hitler estaba en la mesa y que la cabeza de Eva estaba a su lado y sus rodillas firmemente dobladas contra el pecho. Llevaba un vestido azul oscuro con adornos blancos. Nunca lo olvidaré", agrega Misch.
Cianuro
Se cree que Hitler tomó una cápsula de cianuro, y luego se suicidó y que Eva Braun también tomó cianuro. Rochus Misch vio a sus ayudantes cubrir el cuerpo.Yo sabía que era el búnker de Hitler, pero no sabía dónde se suicidó o dónde estaba el cuerpo
Hugh Lunghi, oficial
británico
"Alguien me dijo 'sube de prisa. Están quemando al jefe'. Le dije: No, ¿por qué no vas tú? Él respondió: 'Yo no quiero tampoco. Quiero escapar'. Me di cuenta de que Muller de la Gestapo estaba allí, y por lo general nunca estaba. Le dije a mi compañero Henschel, el mecánico: 'Quizás nos van a asesinar por ser los últimos testigos', pero él respondió: 'Yo no creo', pero estábamos atemorizados. Todo fue demasiado para nosotros. Habíamos dormido tan poco. Realmente pensé que nos iban a matar".
Rochus Misch después huyó del búnker, apenas unas horas antes de que fuera capturado por el Ejército Rojo. Traudl Junge, y un grupo de otros, también lograron escapar. Semanas más tarde, un joven oficial británico, Hugh Lunghi, logró convencer a los soldados rusos que custodiaban la Cancillería de que lo dejaran bajar al búnker y fue uno de los primeros no rusos en hacerlo desde la muerte de Hitler.
"Yo sabía que era el búnker de Hitler, pero no sabía dónde se suicidó o dónde estaba el cuerpo. Cuando salí, vi un montón de cenizas en el suelo, a unos 10 metros de distancia, quizás un poco más, del búnker, y pregunté: '¿Qué quemaron allí? ¿querían deshacerse de los libros?' y me dijeron: 'No, eso es Hitler".
¿Eran realmente los restos quemados de Hitler? Hugh Lunghi nunca lo supo a ciencia cierta. Y Moscú durante años no reveló los secretos de lo que habían encontrado allí. De los otros, Albert Speer murió en 1981 -después de cumplir 20 años de prisión por su participación en el Tercer Reich. Traudl Junge murió en 2002. Rochus Misch es el último sobreviviente -vive en Berlín.
HITLER
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